viernes, 30 de diciembre de 2011

5. Análisis. El caso de los 248 paras dejados libres

 Impunidad, el nombre del juego

Un extraño peloteo entre cinco entidades del Estado (Fiscalía, Inpec, ministerios del Interior y de Justicia y Alta Consejería para la Seguridad) les entregó en bandeja de oro la libertad a 248 miembros de un grupo paramilitar, quienes luego de llegar con tres toneladas de armas y decir que pertenecían a la bacrim denominada Erpac fueron despachados para sus casas, como si vinieran de un camping…

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Un total de 248 individuos vinculados a una banda criminal (bacrim), como se les llama ahora a los grupos narco-paramilitares, fueron dejados en libertad por autoridades colombianas, ¡dizque porque no había claridad sobre qué leyes debían aplicarse en este caso!

Se trata del “sometimiento” de la denominada banda Erpac, sigla que suena a nombre de enfermedad y que tiene una extraña traducción: Ejército Revolucionario Popular Anticomunista o Antisubversivo (?).

 El nombre es sintomático de su procedencia: sujetos dedicados a sembrar el terror en los campos de los Llanos Orientales, señalando de terroristas a campesinos indefensos. El apelativo sirve también para disfrazar sus verdaderos fines delincuenciales.

Pero lo más grave es el peloteo en las altas esferas del Estado. Después de ocho años de reinserciones, negociaciones, desmovilizaciones y, como en este caso, de sometimientos a la justicia, la Fiscalía, que debe manejar al dedillo las normas penales, argumenta falta de claridad.

Según la agencia de noticias Reuters, el director nacional de Fiscalías, Néstor Armando Novoa, sostuvo que “Una de las opciones de respuesta a la entrega masiva de estas personas, es una ley que indique exactamente cómo trabajar cuando se presentan masas de delincuentes, porque es que esto desborda la capacidad humana”.

Nada más desconcertante: ¿acaso no existen normas penales que establecen que la sola pertenencia a un grupo armado ilegal es un delito y que portar armas sin salvoconducto también lo es?; ¿acaso no se estaba en presencia de un concierto para delinquir?

Y, ¿cómo así que, según se desprende de las declaraciones de Novoa, si son delincuentes en masa las normas son distintas a las de si se trata de delincuentes individualmente considerados? ¿Si existió un sometimiento por la pertenencia a un grupo al margen de la ley, no había el reconocimiento implícito de la comisión de comportamientos delictivos que ameritaba el trámite de órdenes de capturas?

Pero, además, ¿por qué, según otros medios de prensa, el Director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec, se negó a recibir a los sometidos porque se podría incurrir en un secuestro masivo al no existir procesos. ¡Qué argumento más delirante!

El peloteo incluyó también al alto consejero para la Seguridad, Sergio Jaramillo, quien dijo que su dependencia se había limitado a prestar apoyo logístico a la Fiscalía para recibir a los miembros del Erpac.

Los ministros del Interior, Germán Vargas Lleras, y de Justicia, Juan Carlos Esguerra, también tienen su parte de responsabilidad política, pues sólo reclamaron a la Fiscalía por la insólita libertad de los paras cuando los 248 ya disfrutaban de sus vacaciones.

Con razón muchos analistas y algunos congresistas sostienen que el problema no es de más normas, sino de aplicar las existentes, en este caso los códigos Penal y de Procedimiento Penal.

¿Estamos en presencia de una nueva maniobra de los jefes narco-paramilitares, que cuentan con la asesoría de abogados habilidosos y expertos en utilizar los vacios de las normas para su beneficio? O, peor aún, ¿de un nuevo show mediático, como sostuvo la Corporación Nuevo Arco Iris?

Las graves denuncias sobre falsas desmovilizaciones que tienen enredado penalmente al alto consejero para la Paz en el gobierno de Álvaro Uribe, Luis Carlos Restrepo, hacen que los temores afloren.

En todo caso, resulta desesperanzador para el ejercicio de la justicia con las víctimas de su accionar en los Llanos Orientales, que sólo 21 de los 269 presuntos miembros del Erpac sometidos ante la Fiscalía estén respondiendo penalmente.

Una pregunta final: ¿qué se hicieron los otros 181 miembros del Erpac que hacían parte de 450 individuos que se iban a someter, de un total de mil paramilitares de esta bacrim que se cree es el número de delincuentes que operan en Meta y Guaviare?

Muchos están a la expectativa de que las órdenes de captura de los recién liberados (los procedimientos al revés) se hagan efectivas y no se someta a una nueva burla al país, infortunadamente habituado ya al imperio de la impunidad.

(*) Director de la revista virtual ¡Periodismo Libre! y del periódico Paréntesis.

En la foto, el momento en que parte de los miembros del Erpac eran transportados en un bus escoltado por la Policía de Villavicencio. Foto tomada del periódico La Nación.

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